Reglas del juego: cómo no perder tu acreditación en grandes deportes
- Serghei Visnevschii

- 22 sept
- 4 Min. de lectura
Si, como yo, amas la fotografía deportiva y sueñas con capturar imágenes desde la cancha de un Grand Slam, esta publicación es para ti. Recientemente, en el US Open 2025, ocurrió un incidente de alto perfil que recordó a todos que en nuestra profesión, la casualidad no solo es estar en el lugar correcto en el momento adecuado, sino también un momento de distracción que puede costarte la carrera. El fotógrafo turco Selcuk Acar, que trabajaba para Anadolu Agency, salió corriendo a la cancha durante el punto de partido: Daniil Medvedev contra Benjamin Bonzi. Bonzi falló su primer saque, y Acar asumió que el partido había terminado y entró a la pista para capturar la “foto final”. ¿El resultado? ¡Escándalo! El juez devolvió el primer saque a Bonzi, Medvedev se enfadó (y recibió una multa de $42,500 por romper su raqueta), y el fotógrafo fue expulsado inmediatamente del torneo: su acreditación fue revocada para todo el US Open. Acar luego aseguró que actuó siguiendo las instrucciones de seguridad y que estaba “totalmente inocente”, pero los organizadores de la USTA fueron inflexibles: las reglas son las reglas. Ya analizamos esta situación detalladamente en el blog, pero vale la pena repetirlo: el precio de un error en esta profesión es extremadamente alto.
En los grandes eventos deportivos, las casualidades no tienen cabida. Para trabajar en las canchas de un Slam o en los Juegos Olímpicos, debes pasar por un largo proceso de acreditación. Comienza 3–4 meses antes (o 1,5–2 años para los Juegos): te registras en el sitio web del torneo, envías datos de pasaporte, currículum, fotos y una carta de recomendación de tu redacción o agencia. La carta indica tu objetivo (para quién trabajas, dónde se publicarán las fotos) junto con un portafolio de torneos anteriores. Los organizadores evalúan si tu medio o proyecto merece un lugar en sus instalaciones. Si eres de una pequeña empresa, probablemente te denieguen. Si tus redes sociales están llenas de contenido aleatorio, también. Durante la pandemia, a la mayoría de los fotógrafos extranjeros se les negó la acreditación, excepto a agencias top como Getty. Para los periodistas que escriben es más fácil: pueden sentarlos por docenas en las gradas. ¿Los fotógrafos? No. Necesitamos un lugar en la cancha, y los pits de fotografía siempre son limitados. En la segunda semana de un Slam, solo permanece la élite: Reuters, Getty, Associated Press y algunos freelancers de confianza.

Obtener acreditación para los Juegos Olímpicos o un Slam es casi como ganar la lotería. Mi primer gran torneo fue el Australian Open 2017: la adrenalina estaba al máximo, y las fotos de Federer y Serena aún están en mi portafolio. Y esto no es solo nostalgia: estadísticamente, el 90 % de los premios World Press Photo en la categoría “deportes” provienen de estos eventos. Pero con la alegría llega una enorme responsabilidad. Al llegar, escucha atentamente los briefings del departamento de fotografía: dónde puedes estar, dónde puedes disparar, dónde no puedes ir. La regla principal: ¡no interfieras con nadie! Estás en el trabajo, al igual que los atletas. Las cámaras de televisión están grabando: no las bloquees. Un jugador está sacando: no hagas ruido. Incluso bajo las gradas o en el buffet, donde todos se mezclan, mantén distancia y respeto. He estado a un metro de Nadal, Djokovic y Alcaraz docenas de veces y nunca pedí un autógrafo ni un selfie. Esto no es fanatismo, es trabajo.
Un paso en falso, y todo se derrumba. En 2025, en el Tour de Francia, un fotógrafo salió a la carretera justo delante de Jonas Vingegaard en la etapa de Mont Ventoux: se cayó, se raspó, y el fotógrafo fue inmediatamente suspendido por dos días, perdiéndose la cúspide de la carrera. Los organizadores luego enfatizaron: la seguridad de los atletas es lo primero. En fútbol, ese mismo año, LA Galaxy revocó la acreditación de un fotógrafo que la usó para introducir un cartel provocador. Podría parecer una “acción personal”, pero el club lo vio como un abuso de confianza. Hay docenas de casos como estos: desde la fotógrafa iraní que tomó un partido de liga desde el techo de un edificio vecino hasta simples estallidos emocionales, como en Inglaterra, cuando un fotógrafo hizo un gesto obsceno a los aficionados y casi recibe una suspensión de cinco años.

La historia de Selcuk Acar no es la primera ni la última. Es un fotógrafo experimentado, pero perdió concentración y alteró el desarrollo del partido. El jefe del departamento de fotografía recordará esto por mucho tiempo, y su acreditación futura ahora está seriamente en duda. La lección es simple: mantén la cabeza fría, escucha los briefings y piensa un paso adelante. En el deporte, tu cámara es tu boleto, pero el respeto por las reglas es tu seguro.






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