Cuando un fotógrafo arruina un punto de partido
- Serghei Visnevschii

- 9 sept
- 3 Min. de lectura
(Suelo escribir mi blog en ruso, esta es la versión traducida)
El fotógrafo turco Akar Selçuk apareció en la pista en pleno punto de partido. El juez de silla, John Greg Allensworth, paró inmediatamente el juego y Daniil Medvedev encendió la polémica. El resultado: el fotógrafo fue expulsado y perdió su acreditación
A veces en los torneos suceden cosas imposibles de prever, momentos que se comentan casi tanto como el propio partido. En este US Open el episodio ocurrió en el duelo entre Daniil Medvedev y Benjamin Bonzi.
Medvedev estaba contra las cuerdas, parecía acabado. Bonzi tenía bola de partido, venía jugando suelto, pero falló el primer saque. Preparaba el segundo… y de repente —¡en bola de partido!— Selçuk cruzó la pista corriendo, intentando pasar de la entrada de servicio a la zona reservada para fotógrafos. Fueron apenas siete metros, dos o tres segundos. Pero bastó: el juego se detuvo, hubo discusiones, la pausa se alargó, el público silbaba, y el partido quedó en suspenso.
Allensworth ordenó repetir el saque, empezando desde el primero. Medvedev se enfureció y empezó a calentar al público a propósito. Eso lo motivó y, milagrosamente, salvó la bola de partido y ganó el set. Al final Bonzi se llevó el triunfo, pero la sensación y el recuerdo del desenlace quedaron completamente distintos.
El fotógrafo fue expulsado y se quedó sin acreditación. Una sanción lógica: no se pueden romper reglas tan básicas como la de no entrar en la pista durante un punto. Todo fotógrafo acreditado sabe que en el tenis hay normas oficiales y también códigos no escritos. Selçuk no es novato; ha trabajado en grandes torneos, incluso en los Juegos Olímpicos. Para un profesional, un error así es imperdonable.
El video del incidente corrió como la pólvora
Ahora bien, tampoco los organizadores quedan libres de culpa. Cualquiera que haya estado en los pasillos de un Grand Slam sabe que la seguridad es férrea: guardias en cada esquina, acreditaciones escaneadas, puertas cerradas durante los puntos. En la pista Louis Armstrong, para llegar a la zona de fotógrafos hay que cruzar la cancha. Eso exige un control aún mayor: ningún acceso debería ser posible mientras se juega. Si Selçuk llegó hasta ahí en ese momento, significa que algo falló en el sistema.
No lo justifico, pero la responsabilidad está repartida. Fue la combinación de un error personal y un descuido organizativo.
Yo mismo viví algo parecido, aunque menos grave. En Miami me coloqué en lo que pensé era un buen sitio para fotografiar a Roger Federer en la zona de túneles. Resultó que bloqueaba sin querer la línea de cámara de la televisión. Un guardia me corrigió de inmediato, con firmeza pero con educación. Me aparté, pedí disculpas y ahí terminó todo. Fue un error sin mala intención, pero aprendí la lección: aunque creas que estás haciendo lo correcto, hay muchos otros trabajando alrededor y cada uno tiene su espacio y responsabilidad.
Lo de Selçuk explotó porque el momento era demasiado simbólico, demasiado decisivo. El US Open actuó con dureza, y se entiende: algo así no puede repetirse. Pero los organizadores también deberían reforzar controles y dar instrucciones más claras a los fotógrafos. Estos fallos nacen justo en la frontera entre el factor humano y la debilidad del sistema.
Al final, la culpa es del fotógrafo y también del torneo. Y para nosotros, sus colegas, queda la advertencia: podemos estar a un metro de la historia del deporte, pero debemos ser invisibles y disciplinados. Basta un error y tu trabajo deja de ser testigo de la acción para convertirse en protagonista, pero por los motivos equivocados.











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